domingo, 23 de octubre de 2011

Crónicas chilangas 3 / En la tienda

- ¿Cuánto cuesta este, señora?
- En treinta pesos, le sale.
- ¿Treinta? Pero si hace dos días pasé y me dijeron veinticinco.
- Mmmm. Ha de ver sido mi hija o mi marido. Así les gusta, andar regalando las cosas. Por eso él tronó con su negocio. ¡De verdad! Se lo digo porque es así. Mire, ahí está todo el piso con sus garrafones vacíos de que tronó. Por eso no pudo seguir con el negocio. No crea que se lo digo nada más porque sí. No. Se lo digo porque es la verdad, ¿eh?

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