viernes, 14 de enero de 2011

Enero 3, 2011

Hasta hace unos años, cuando alguien me preguntaba a qué me dedicaba (¿qué haces? En realidad la pregunta siempre es ¿y tú qué haces?), yo respondía: soy escritora. Casi siempre la gente se interesaba (o fingía interés) en saber qué era lo que escribía y qué estaba escribiendo en ese momento. Muchas veces no estaba escribiendo nada. Quiero decir, no dedicaba ciertas horas del día a escribir un relato en particular. Pero de alguna manera, estaba siempre escribiendo. Viendo historias en las notas que leía en un periódico, en las conversaciones que alcanzaba a escuchar en un café, en las caras de la gente esperando el autobús. Armaba diálogos mentales. Me contaba y me volvía a contar la misma cosa de maneras diferentes: imaginaba cómo se vería el mundo que iba viviendo, una vez escrito.

Luego todo eso terminó. No sé exactamente cuándo. Sé que un buen día dejé de escribir mentalmente. Y poco después, dejé de escribir por completo. Algo se rompió, o mejor dicho, se interrumpió. "Un bloqueo", lo llaman. No sé si es un bloqueo. Sé cómo se siente que "eso" falte. La pérdida, la tristeza, el dolor.
Me senté con toda mi paciencia a esperar que volviera. Esa picazón inexplicable que sólo escribiendo se puede uno rascar. Esperé que volviera de la misma manera en que se había ido. Pero ya pasaron varios años, y no ha vuelto.

Hace mucho tiempo leí que el Gabo García Márquez dijo algo así como: si puedes vivir sin escribir, entonces no escribas. Es posible que no lo haya leído, sino escuchado. Es posible también que lo haya dicho cualquier otro y mi memoria, para tomárselo en serio, se lo haya atribuido al Gabo. El caso es que yo lo he intentado. No se puede decir que no haya vivido en los últimos cuatro años. Pero no ha pasado un solo día en que no me sienta molesta, inútil, incompleta.

Y esto es lo único que se me ha ocurrido: contar este año, escribirlo. No sé si lograré hacerlo todos los días, tampoco me puedo prometer páginas y páginas diarias. Simplemente escribir. Tantas veces como sea posible, sobre cualquier cosa. Y ver si vuelve la picazón.

Bueno, la idea es esa. Y este es el comienzo.

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